Pilar Robledo Ruíz
02 Apr
02Apr

La pérdida de un hijo es una de las experiencias más desgarradoras que una persona puede atravesar. No hay palabras suficientes para describir la profundidad de este dolor, ni caminos universales para sanarlo. Sin embargo, la psicomagia, una técnica creada por Alejandro Jodorowsky, ofrece herramientas simbólicas que pueden ayudar a transformar el dolor en un proceso de sanación profunda y significativa. 

El poder del ritual en el duelo. Los rituales han sido utilizados a lo largo de la historia para dar sentido a la vida y a la muerte. Un ritual psicomágico permite canalizar las emociones reprimidas y otorgar un espacio sagrado al amor y la memoria. A través de la acción simbólica, el inconsciente recibe un mensaje de liberación y transformación, ayudando a quienes sufren a encontrar paz interior.

Ritual: "La Carta del Alma y el Árbol de Luz". Este ritual tiene como propósito honrar la memoria del hijo fallecido y, al mismo tiempo, permitir al corazón encontrar un nuevo equilibrio emocional.

Materiales:

  • Papel y pluma.
  • Un globo blanco biodegradable o una linterna de papel (globo chino ecológico).
  • Una vela blanca.
  • Un árbol o una planta especial (puede ser en una maceta o en un jardín).

Pasos del ritual:

  1. Preparación: Busca un espacio tranquilo donde puedas estar en conexión contigo mismo. Enciende la vela blanca y respira profundamente. Permítete sentir todas las emociones que surjan.
  2. Escribir la carta: Redacta una carta dirigida a tu hijo. En ella, exprésale todo lo que llevas en el corazón: tu amor, tu tristeza, tus recuerdos más preciados y tus palabras de despedida. Puedes incluir momentos que compartieron, sueños que tenían juntos y los sentimientos que aún permanecen en tu alma.
  3. Liberación simbólica: Dobla la carta y, con profundo amor, colócala dentro del globo o linterna de papel. Cuando sientas que es el momento adecuado, suéltalo al cielo, permitiendo que el viento lo lleve. Simbólicamente, esta acción representa la conexión eterna y la liberación de la tristeza estancada.
  4. Plantar vida: Si tienes la posibilidad, planta un árbol o una flor en honor a tu hijo. Cada vez que lo cuides, lo riegues y lo veas florecer, recordarás que el amor no desaparece, sino que se transforma en nuevas formas de existencia.
  5. Reflexión y cierre: Observa la vela encendida y, cuando te sientas listo, apágala con la intención de que tu ser querido siga brillando en tu corazón.


El significado del ritual. Este ritual no pretende borrar el dolor, sino ofrecer una vía amorosa para transitarlo. Simboliza el amor eterno, la continuidad de la vida y la capacidad de honrar sin aferrarse al sufrimiento. Con el tiempo, las lágrimas darán paso a la gratitud por haber compartido momentos con ese ser especial.Si estás atravesando un duelo, recuerda que no estás solo. Permítete recibir apoyo, abrazar tus emociones y encontrar espacios de sanación. El amor, aun en la ausencia física, nunca deja de existir.

"Porque el amor no muere, solo cambia de forma".

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